En esta ocasión no quiero contribuir a la confección de esta revista con textos teóricos, en realidad voy a contribuir muy poco, porque el texto que os presento lo ha redactado con Roxana, madre de nuestra hija Andrea, que ya tiene casi 7 años. Y el texto nos recuerda a ella, pero también a todas esas niñas y niños que han nacido en condiciones similares, respetando el ritmo de la natura y permitiendo vivir la experiencia del nacer!!!
Esa experiencia única y Vital que sólo las mujeres pueden sentir plenamente, y los hombres acompañantes sentir su reflejo en nuestros cuerpos, lo cual es ya único y maravilloso. El apego, el vínculo que se establece en esa experiencia en imperecedero, y es el comienzo de una relación humana,ecológica, que pone las bases para su desarrollo pleno y saludable.
Cuanto se pierden las mujeres que no les dejan o que no saben o no pueden vivir esa experiencia. Cuanto sus compañeros, cuanto la humanidad!!! Porque no es un acto más, es la primera experiencia vital, y como decía un filósofo “los principios son los momentos más importantes de las cosas”…
Es evidente que en esto, como en cualquier otra experiencia humana no puede haber modelos, no se puede imitar, copiar ni rigidificar, porque estamos hablando de experiencias humanas y eso está ya indicando que hay muchas variables condicionantes (intrapsíquicos, familiares, sociales) que están en juego y que hace que cada experiencia sea propia y diferente y es por eso que, si bien tenemos que preparar técnicamente el momento del parto para prevenir las situaciones difíciles, no debemos crear un condicionante más afirmando que eso es “mejor” o “peor” que… cada mujer, cada pareja, cada sistema debe intuir y permitirse vivir esa experiencia como quiera y pueda, si bien puede ser necesario recibir el asesoramiento de los expertos en prevención para ayudar a gestionar mejor los recursos reales de cada situación.
Es en lo que participo desde hace años, dentro de la Orgonomía y de la Ecología de sistemas humanos, y también he tenido la suerte de poder vivirlo personalmente en tres ocasiones. He podido acompañar a mis tres hijos en sus partos (Iris y Daniel con su madre Maite, mi anterior compañera) y en momentos sociales muy diferentes.
Iris nació hace ya 25 años, cuando ni tan siquiera el grupo Acuario en Valencia existía formalmente, si bien Pedro Enguix llevaba algunos años en esa andadura, y algun@s matronas, médicas y obstetras valientes y comprometidas ayudaban a esa tarea de forma personal y en casa.
Nuestra colega Cristina Aznar fue una de ellas, y participaría años después en el parto de Dani, que ya tiene 18 años… tiempos mejores, porque el parto ecológico era ya un hecho social, pero todavía marginal.
Hace 7 años, Andrea nacía, en un momento diferente. Afortunadamente con el esfuerzo de muchas personas habíamos conseguido que fuera un alternativa respetada, pero no socialmente aceptada todavía.
Hoy en día sigue sin serlo, si bien ya hay algunos hospitales de la seguridad social empieza a ser una alternativa aceptada y se empiezan a ver documentales por la televisión… Pero eso es solo el principio, porque tiene que seguir habiendo una cultura de los procesos naturales, y de las ventajas que ellos implica para el desarrollo del ser humano, entre otras muchas cosas.
El camino sigue, y lo seguimos andando juntos muchas personas y profesionales conscientes de que trabajar para recuperar parte de nuestros procesos ecológicos sigue siendo el camino para salvaguardar nuestro dañado y agonizante planeta Gaia.
Resta, pues, presentaros este bello y vívido relato de Roxana, que refleja, como digo, un capitulo del andar de muchas personas que han vivido y viven experiencias similares, y por tanto, posibles.
Tu parto, Andrea…………….
Quisiera contarte como fue tu parto.
Comenzó una noche calurosa de Julio con una maravillosa y brillante luna llena….
Ese día estuve especialmente centrada y en contacto contigo. Por la tarde subí a recostarme un rato porque estaba agotada, te notaba más inquieta. Hablamos, escuchamos música clásica, respiramos y nos relajamos, cosa que hacía siempre, pero ese día tenia muchas ganas que salieras y por fin poder conocerte.
Estaban en casa mi madre (la Omi) con Lucho su marido que habían venido desde Chile a recibirte y conocerte y ya habían tenido que aplazar el viaje varias veces porque tu no querías salir. También estaban tus yayos que estaban al pie del cañón esperando a su nieta y tu teta iris ... Dani, tu tete, estaba de viaje de vacaciones con sus amigos.
Antes de cenar, a eso de las 8.30 pm me empezaron a dar contracciones muy suaves, pero como ya las había tenido antes y habían sido “falsa alarma” no quise ilusionarme y no dije nada. Tu papi, Xavier, estaba trabajando. Nada más verlo entrar a casa (9.30pm)me diste una patada que no pude evitar sonreír, aun cuando me sorprendió la fuerza del golpe, pero entendí y sentí que había comenzado tu nacimiento. Se lo comenté a papi, me miró y dijo… ”si ya es el momento”… parece ser que mi cara de parturienta me delataba.
Bajamos a cenar con todos a la luz de la luna en el jardín. Las contracciones ya eran seguidas cada 10 minutos, así que informamos a la familia y aunque no querían presionarme no podían evitar mirarme con cara de….ya? otra contracción…??...parece que ahora si…” Estaban emocionados.
Terminamos de cenar y las contracciones seguían su ritmo. Papi al ver que efectivamente era el pre-parto, preparó todo. Se vistió de blanco y arregló el lugar y todo lo que hacía falta. Yo solo pensaba en ti y estaba tan emocionada, tan feliz de que por fin íbamos a estar juntas que esperaba tranquilamente cada contracción que se hacían cada vez más fuertes. Nos fuimos a dar un paseo por la playa y la luz de la luna.
Al llegar a casa ya el dolor era mayor. Nos acostamos con papi, eran como las 11pm y papi se dormía del cansancio mientras a mi me mantenías tu más que despierta. Ahí pasé varias horas de dolor, solo pensaba en no contraerme y siempre expandir para que tu no subieras y no se detuviera el proceso. A veces no podía más y papá me recordaba que el dolor tenia sentido que estabas naciendo y haciendo tu trabajo y yo tenia que hacer el mío… soportarlo… ”es solo dolor”.
Papá se dio cuenta que estaba muy sumergida en la cama y me levantó a caminar un poco, ya no me podía mover bien. Las contracciones eran constantes, cada 3 minutos, no paraban y ya llevaba 7 horas pariendo. Sabía que faltaba, lo sentía y que el dolor iba a aumentar aun más. Me daba fuerzas pensar que no quería que nacieras en una clínica con gente extraña, tanta luz y ruido, menos anestesiada, quería sentirlo todo. Así que tenía que centrarme y pensar en ti.
De repente sentí agua que rompía entre mis piernas, no fue una sensación desagradable, más bien me sentí con menos peso y me alivió.
Como a las 6 am llegó Manolo, médico y amigo y también las matronas de Acuario, pero los veía poco, solo quería estar contigo y papi, quien me daba mucha seguridad, fuerza y confianza… ”Roxanita, estas pariendo…” Así me dijo cuando en un momento le dije que no podía más. Me miré en el espejo y conecté otra vez contigo, me lavé la cara y llegó el “expulsivo”.
Raquel, la matrona, me dice que me tocara, que ya se sentía tu cabecita. Yo solo tenía ganas de empujar y cada vez que lo hacía sentía que me desgarraba por dentro, pero sabía que esa eras tú que ya venías en camino.
Sentí tantas cosas, tantas emociones, alegría y rabia, pero la felicidad de saber que nacías era mayor que cualquier cosa. Saber que era una experiencia que estábamos compartiendo las, ahora no eras solo tu, yo te tenia que ayudarte empujando. Ya quería besarte, abrazarte y mimarte mucho. Sentía que existíamos solo tu y yo y tu papi cerca dándonos confianza y amor.
Sentía que algo en mi cambiaba, ya no podía tener miedos ni dudas si sería capaz o no de parirte así, en casa y a tu ritmo. Solo nosotras y los nuestros y la luna con su brillo que iluminaba fuerte y decidida….así me sentía yo, fuerte y decidida a darte VIDA!
Me coloqué en posición ya para recibirte. Papi se sentó atrás de mi, me afirmaba fuerte y yo le tomaba las manos y se las apretaba en cada empujón que daba.
En el segundo ya salió tu cabecita, cuando la ví en el espejo no lo podía creer. Eras TU…..mi alegría era infinita y en lo único que pensaba era en empujar fuerte otra vez para que saliera el resto de tu cuerpecito. Y así fue, sentí que me abría por completo, me abandoné y me dejé llevar respirando suave y a la vez con todas mis fuerzas….y saliste a la luz!!!!
No tengo palabras para explicar esa sensación de plenitud, de entereza de orgullo, de que por fin estaba completa, de que mi vida ya no era solo mía, sino tuya también.
Te saqué con mis dos manos y te puse en mi pecho sintiéndote, oliéndote, escuchando tus quejidos y el latido de tu corazón. Enseguida empezaste a buscar mis pechos, estaban cálidos y preparados para alimentarte y darte calor.
Papa desde atrás te hacía masaje y te limpiaba un poco para que pudieras respirar mejor. El estaba sereno y muy centrado en ti, en disfrutar tus primeros momentos de vida. Me di vuelta a darle un beso y vi sus ojos humedecidos y brillantes de alegría.
Con el primer “llanto” entró tu Omi. Me sentí tan orgullosa de las dos, del trabajo tan hermoso que habíamos hecho juntas, de ese viaje lleno de aventuras y emociones que vivimos una nutriendo y alimentando a la otra. Fuimos una sola 9 meses, 9 largos y cortos, dolorosos y hermosos 9 meses…..Ahora comenzaba una nueva aventura, un nuevo camino juntas.
Tu mirada, tus ojitos almendrados y muy abiertos me cautivaron en segundos. Sabía que te amaba y que te amé y te esperé toda mi vida…..eras Tu con quien soñaba, eras Tu con quien quería y quiero compartir el resto de mi vida, entregarte todo el amor y juntos con papi, hacerte la niña más feliz del mundo!
Pesaste aprox. 3.500kgs. y mediste 53 cm. En tu primer y único test de apgar, sacaste 10 pts. Eso quiere decir que naciste en perfectas condiciones.
Tu Omi estaba muy emocionada y yo muy contenta de que compartiera ese momento con nosotras. También entró tu yaya.
Estuvimos solos un buen tiempo los 3 con las mallorquinas bajadas para que no entre luz y en silencio. Papa y yo te contemplábamos, tocábamos y te hablábamos en voz baja dándote la bienvenida. Papi dijo…”bienvenida al mundo!”
Te cubrimos con una mantita. Ya había amanecido, naciste a las 8 de la mañana el 5 de Julio de 2001.
Luego me levantó papi y me fui contigo a la cama. Las dos estábamos pegadas por mi pecho y así nos dormimos.
Vino mucha gente a verte ese mismo día respetando siempre nuestra atmósfera. Iris, Manolo, María, Susy, los yayos, Lucho…todos muy contentos de vernos tan bien.
A partir de ese día efectivamente mi vida cambió, soy MADRE! Y tu eres mi HIJITA!
El Puig (Valencia), 5 de Marzo de 2008