Psicoterapia individual y parejas desde 1982

LA PSICOTERAPIA BREVE CARACTEROANALITICA (PBC), EN LA SENDA PSICOSOCIAL DE W. REICH.

Javier Torro y Xavier Serrano Hortelano. Miercoles, 1 de Junio de 2016

La Psicoterapia Breve Caracteroanalítica (PBC) es una psicoterapia breve, de orientación psicodinámica y psicocorporal, desarrollada por Xavier Serrano y sus colaboradores de la ES.TE.R.. que busca la curación focalizada de determinados síntomas y conflictos, que el paciente alivie su sufrimiento, y que recupere dinámicas vitales más saludables. El planteamiento focal está presente desde los inicios de los tratamientos psicoterapéuticos. Se sabe que los primeros tratamientos efectuados por Freud tan solo duraban unos meses, aunque después mantuviera opiniones contrapuestas sobre la psicoterapia focal. W. Reich, el iniciador de la orientación psicocorporal, comenzó su trabajo psicoterapéutico en la policlínica de Viena, en el interior del círculo psicoanalítico y allí tuvo que realizar trabajos breves pues se trataba de una institución que pretendía hacer asequible a todos los beneficios de los tratamientos psicoanalíticos. Fue mucho más tarde, en 1946, donde Reich manifiesta en una carta a Ola Raknes que estaba trabajando en esa línea de investigación: “Ha intentado reblandecer la coraza caracterial de una forma rápida y concentrada empleando con mis pacientes el análisis del carácter durante un período de tiempo más corto. Está siendo una experiencia muy prometedora.” El mismo Ola Raknes ofrece testimonio de haber utilizado un encuadre breve para tratar determinados casos: “Este año he hecho algunos intentos con la orgonterapia cuando por circunstancias particulares no podía ser planteado un tratamiento completo (…) Estos tratamientos han durado de tres a cuatro meses (12 a 15 horas), hasta tres horas.” En la Es.Te.R. (Escuela Española de Terapia Reichiana), como escuela pionera a nivel internacional del movimiento postreichiano, surge con el paso del tiempo una necesidad psicosocial y clínica para poder ayudar a aquellos casos que aparecían en los centros de salud donde trabajamos y en nuestras consultas privadas,demandando tratamiento, y a los que no podíamos tratar desde nuestro modelo de la vegetoterapia postreichiana por falta de infraestructura ( en salud pública) y/o de “insight” suficiente( en el /la paciente). Dentro de esta coyuntura Xavier Serrano, junto con el equipo interdisciplinar de la Es.Te.R., comienzan a elaborar un encuadre específico para esta demanda. Ya en 1990 Xavier Serrano presenta la propuesta teórica de una Psicoterapia Breve Caracteroanalítica (P.B.C.) en algunos congresos

internacionales. En 1992 la presenta a la comunidad científica a través de varios artículos en revistas especializadas. Desde entonces y hasta nuestros días multitud de especialistas están utilizado este encuadre focal de orientación psicocorporal tanto en centros públicos como privados del Estado Español, de otros países europeos y americanos como Méjico, Brasil, Chile, Venezuela y Uruguay. Son por tanto muchos los casos finalizados con la aplicación de este encuadre y los resultados son muy esperanzadores.

LOS OBJETIVOS DE LA PBC.

Los objetivos de la PBC son los siguientes: - Buscamos paliar el sufrimiento psíquico, emocional y, en ocasiones, el sufrimiento físico. - Buscamos flexibilizar algunos rasgos de carácter y/o fortalecer otros para que el paciente recupere el equilibrio de su coraza caracterial. De esta forma será más capaz de gestionar sus defensas y sus recursos psíquicos y atender a sus necesidades. - Se facilitan a la persona herramientas que le permitan ser más dueño de su vida. Se facilita un cambio en la percepción y autopercepción de la imagen corporal y un conocimiento de sus funciones vegetativas, emocionales y psíquicas. - Se busca reducir el grado de contracción vegetativa y miedo nuclear, favoreciendo la emotividad y la capacidad de expresión de sus afectos. - Desde un punto de vista dinámico, se busca favorecer el contacto con la realidad del paciente y esclarecer la lógica dialéctica y la vinculación con sus procesos internos.

ENCUADRE (SETTING) Y DEONTOLOGÍA.

La Vegetoterapia es el modelo de psicoterapia de referencia para la PBC. Con la sistemática neuromuscular aportada por Federico Navarro. Xavier Serrano y su equipo adaptó el modelo teórico de la Vegetoterapia a la PBC. En la Psicoterapia Breve Caracteroanalítica se tienen que concretar unos objetivos diferentes a los de la Vegetoterapia; por tanto, las herramientas y la relación terapéutica utilizadas también serán diferentes. La duración del proceso está entre cuatro y seis meses, a una media de tres o cuatro sesiones mensuales. Las sesiones duran 50 minutos. Durante la sesión se combina un tiempo donde el paciente y el terapeuta están frente a frente utilizando la palabra como herramienta analítica y otro donde el paciente se tumba en el diván, sin modificar su vestimenta, y realiza “actings” que permiten observar las respuestas corporales del paciente y facilitar la comprensión de lo que siente y de la forma como lo expresa su cuerpo. Mientras el terapeuta permanece sentado al lado del diván y al acabar la realización del “acting” dialoga con el paciente con vistas a la consecución de los objetivos terapéuticos. Hablamos de un proceso psicoterapéutico y no de la aplicación de técnicas terapéuticas puesto que pensamos que el paciente ha de tener una posición activa, investigando las causas de su sufrimiento y teniendo una visión crítica sobre su realidad personal, actual e histórica. También el psicoterapeuta ha de tener una posición activa facilitando la relación terapéutica, respetando el ritmo del paciente y utilizando las herramientas terapéuticas adecuadas para ayudar en el proceso de investigación personal al paciente. Este encuadre es un marco deontológico, un espacio ordenado que es la base para la puesta en marcha del proceso y para la consecución de los objetivos terapéuticos.

EVALUACIÓN INICIAL DIFERENCIAL ESTRUCTURAL (D.I.D.E.)

Siguiendo la perspectiva diferencial realizamos al inicio del proceso, durante las dos primeras sesiones, una Evaluación Inicial Diferencial Estructural (D.I.D.E.) que nos permite distinguir la “estructura” del paciente; es decir, su patrón de organización que comprende la realidad global de la persona: su forma de percibir, de sentir, de pensar, de expresar sus afectos, de dirigir sus pulsiones e incluso de comprender la expresión de su cuerpo o la lógica de sus síntomas. El DIDE es una batería de pruebas que permite recabar información sobre: - la predisposición constitucional, - el metabolismo bioenergético, - las relaciones objetales y rasgos de carácter, - los bloqueos y tensiones musculares, - el funcionamiento neurovegetativo, perceptivo y somático, - la realidad actual, familiar, laboral, afectivo-sexual y los síntomas clínicos.

CONTRATO TERAPÉUTICO.

Toda esta información nos permite además de distinguir la estructura del paciente, elaborar un pronóstico que oriente la actuación terapéutica. A partir de ahí, marcamos los objetivos terapéuticos del proceso y establecemos el contrato terapéutico. Dicho contrato es un acuerdo explícito entre el paciente y el terapeuta para mantener las condiciones del encuadre, y para pactar el número de sesiones a realizar, la periodicidad de las mismas, los honorarios, etc. Después de estas dos sesiones de DIDE, dentro del contrato terapéutico, se acuerdan los objetivos terapéuticos que van a estar muy vinculados al pronóstico y a la estructura del paciente. También se devuelve al paciente lo que llamamos la “Hipótesis Psicodinámica Inicial” que supone explicarle la relación psicodinámica entre los síntomas que presenta y su historia personal. Con todo esto buscamos generar alianza terapéutica y planificar el proceso.

FOCO CARACTERIAL.

Hay un tercer aspecto que no se comunica al paciente y que sirve para dirigir el proceso, este es el “foco caracterial”. Toda estructura genera una forma específica de relacionarse con el mundo y de regular su economía energética. Esto es lo que llamamos carácter. Siempre habrá un cierto rasgo que por exceso o por defecto desestabiliza la organización del sistema (la estructura de carácter). El síntoma es la forma como el cuerpo refleja esa desestabilización. Ese rasgo de carácter dominante será el foco y sobre él se centrará el proceso de PBC. Modulando ese rasgo caracterial recuperamos la estabilidad de la estructura. Al mismo tiempo conociendo las variables que han exacerbado la relevancia o la ausencia del rasgo en cuestión fortalecemos el yo. El paciente toma conciencia de su sistema defensivo y se va a autorregular, siendo así menos esclavo de sí mismo.

RELACIÓN TERAPÉUTICA.

Puesto que estamos en un proceso terapéutico de tiempo limitado no podemos permitir que se asiente la neurosis transferencial y para ello hemos de analizar de forma rápida las reacciones transferenciales que vayan apareciendo. En este sentido, debemos estar muy atentos para evitar que se estructuren desplazamientos afectivos a la figura del psicoterapeuta. Para ello debemos analizar en el momento sueños, “lapsus” o actitudes caracteriales concretas. El proceso terapéutico se dinamiza básicamente mediante la circulación triangular que es la relación que se establece entre el carácter del paciente en sus manifestaciones actuales; la historia pasada del paciente en cuanto origen del carácter; y la relación terapéutica entre el paciente y el terapeuta y que se manifiesta en el paciente mediante las reacciones transferenciales. El juego con estos tres vértices facilita el “insight” y la generación de analogías. El psicoterapeuta buscará que sea el paciente quien investigue sobre sus propios procesos internos, los entienda y los relacione con situaciones de su vida pasada y actual. El psicoterapeuta ayudará al paciente en su toma de conciencia a través de señalamientos, confrontaciones y cuestionamientos. Además la PBC es diferencial-estructural, esto quiere decir que a partir de los resultados de DIDE se va a desarrollar una praxis clínica diferente con cada paciente en función de la estructura de carácter que tenga. Es decir, que el psicoterapeuta se relaciona de formas diferentes en función de la estructura del paciente. Con esto buscamos comprender más al paciente y entender la lógica de sus síntomas y desde esta perspectiva intuir mejor el devenir del proceso que se está realizando.

LOS “ACTINGS”.

Otra herramienta clínica fundamental en la PBC son los “actings”. Estos son movimientos del cuerpo con una incidencia neuromuscular. Estas herramientas ya comenzó a utilizarlas W. Reich con la finalidad de desbloquear progresivamente los segmentos de la coraza neuromuscular. Además se dio cuenta que ese desbloqueo junto al análisis caracterial facilitaba la emergencia de las emociones y el “insight”. Posteriormente fue Federico Navarro junto con Ola Raknes quienes desarrollaron los actings que se usan en la actualidad. En el espacio clínico el psicoterapeuta indica al paciente la realización del “acting” y el paciente en silencio, en contacto con sus sensaciones corporales y con las imágenes que aparezcan en su mente, ejecuta el acting durante un tiempo aproximado de entre 6 a 8 minutos. Al finalizar el acting, teniendo en cuenta la técnica analítica de la asociación libre, el paciente comentará lo que recuerda de lo que pasó por su mente durante ese periodo de tiempo, las sensaciones corporales que experimentó y el estado emocional en que se encuentra o se encontraba durante la realización del acting. Debido a que el tiempo de realización del acting es menor que en Vegetoterapia este estímulo neuromuscular tan solo afecta a las vías sensoriales. Este hecho permite una mayor percepción y comprensión de lo que acontece en el proceso. Es decir, la descarga de la tensión muscular periférica aumenta la capacidad de “insight” del paciente sin desestructurar el sistema defensivo. También resulta interesante a nivel analítico lo que el psicoterapeuta ha visto o sentido que recibe el nombre de contratransferencia. Todo ello se utiliza como material analítico para su elaboración junto al paciente y además le permite a éste tomar conciencia de su cuerpo.

PRESCRIPCIÓN Y EFICACIA DE LA PBC.

El encuadre de la PBC tiene una gran efectividad en el tratamiento psicopatológico ya que genera en el paciente no solo cambios sintomáticos sino también una elaboración de su realidad psicosocial que atenúa la posibilidad de recaídas. De esta forma, la Psicoterapia Breve Caracteroanalítica es una alternativa real a la utilización de psicofármacos o técnicas conductistas para tratar la patología de muchos pacientes pues permite paliar el sufrimiento emocional y reactiva capacidades del propio sujeto. Sin embargo, el tratamiento con psicofármacos cronifica en muchos casos las patologías, y la utilización de terapia conductista genera muchas recaídas. La PBC resulta beneficiosa en trastornos psicopatológicos como los estados de ansiedad, trastornos depresivos, duelos patológicos, estrés postraumático, crisis de pánico, anorexia, bulimia, brotes psicóticos, fobias, intentos de suicidios, impulsos agresivos, etc. En disfunciones sexuales como trastornos del deseo, impotencia, eyaculación precoz, anorgasmia, vaginismo, dispareunia, insatisfacción sexual. En conflictos de pareja y familia como la dependencia emocional, celos, incomunicación, violencia de género, crisis familiares, separaciones, procesos de adopción, conflictos por los estudios. Y también en trastornos psicosomáticos como el insomnio, colon irritable, las cefaleas o dolores cervicales y lumbares.

Para información bibliográfica y conceptual ver el libro de Xavier Serrano: ”La psicoterapia breve Caracteroanalitica. Una respuesta psicosocial al sufrimiento emocional individual y de la pareja”. Edit. Biblioteca nueva, 2007. Madrid.