Psicoterapia individual y parejas desde 1982

CUANDO RONDA EL DESAMOR

Xavier Serrano Hortelano. Martes, 10 de Mayo de 2016.

Cuando la comunicación fluida, la complicidad, la intimidad, la confianza y el deseo prevalecen en la relación de la pareja, la energía sexual fluye libremente, proporcionando espacios únicos de placer sexual, caracterizados por el abandono emocional, la autenticidad y el orgasmo, lo cual, a su vez, refuerza los lazos afectivos y el sentimiento oceánico del amor. Pero en ocasiones los tiempos del eros se ven nublados por los del thánatos, de modo que la duda y el sufrimiento que invaden la relación son constantes que surgen diariamente en las consultas de psicoterapia individual o de pareja.

Se suele asociar la pérdida del deseo con la del amor, pero no siempre están relacionados, porque hay muchos factores que, junto a la monotonía y la rutina cotidiana, influyen directa o indirectamente en la atmósfera libidinal de la pareja. Creo interesante señalarlos, para poder gestionarlos mejor y prevenirlos.

Los más genéricos son los propios de una realidad social y cultural todavía llena de perjuicios y de una doble moral que genera timidez, inhibición y teatralidad en las relaciones sexuales. Por ejemplo, son muchas las personas que durante años ocultan sus impulsos y fantasías sexuales, o las viven con personas extrañas, antes que comunicarlas y compartirlas con su pareja, lo que es motivo de distancia y soledad, a más de anular la creatividad y el deseo.

Existen otros factores menos evidentes pero que tienen mucha fuerza por cuanto provienen de la historia infantil. La forma como se ha desarrollado el proceso libidinal y las experiencias sexuales, desde el principio de la vida, la fase oral, hasta el final de la adolescencia ‒ muchas veces teñidas de represión y traumas ‒, tienen una gran repercusión. Así, por ejemplo, los abusos sexuales suelen anular el impulso natural de la masturbación y mermar seriamente el deseo, que es inconscientemente interiorizado como una amenaza.

Asimismo, siguiendo con las influencias del pasado, observamos también cómo, en la relaciónes de las pareja, se instauran roles parentales, que intentan cubrir las carencias afectivas infantiles; entonces uno de los miembros comienza a ejercer la función de padre o de madre y el otro la de niño, abandonando progresivamente la impronta libidinal adulta, que es la que estimula la pasión y el deseo, hasta que terminan por afianzarse convivencias más fraternales que pasionales.

Debemos contemplar, por último, las circunstancias peculiares por las que puede atravesar uno de los miembros de la pareja. Entre ellas, los cambios hormonales temporales que, a menudo, se producen durante la menstruación, el embarazo, la menopausia y la andropausia; el distrés sufrido por conflictos financieros, laborales o familiares; las crisis de valores o existenciales; enfermedades e ingesta de determinados fármacos; la aceptación de la homosexualidad encubierta, o los enamoramientos ocasionales.

Ayudar a discernir cuáles de ellos están influyendo en cada caso en particular, recuperar tiempos perdidos y establecer ánimo y cordura para tomar decisiones conjuntas conscientes,que sean funcionales, favorables y sostenibles para ambos, son algunas de las tareas que nos planteamos en la aplicación que realizamos de nuestro modelo clínico postreichiano, la Psicoterapia breve caracteroanalítica aplicado a la intervención clínica con las parejas.