Dos conceptos esenciales en la obra de Wilhelm Reich”.
Xavier Serrano Hortelano.
Texto de la conferencia dictada en las Jornadas de verano del Museo de Wilhelm Reich (Maine, EEUU) .24 de julio de 2023
Presentación de Xavier Serrano Hortelano, por Patricia Estrada:1
Buenos días, espero que todos estén tan contentos como yo. Les voy a presentar aXavier Serrano Hortelano.2
Xavier y yo nos conocimos justo hace 30 años en Barcelona en el Primer Congreso de
Psicoterapia Corporal en España. Nos presentó Federico Navarro. Han sido 30 años de
intercambios y discusiones teóricas, de trabajar juntos y también de pelearnos un poco
por nuestras creencias personales. Ha sido un largo camino. Te lo agradezco Xavier.
Xavier lleva 40 años de trabajo en la salud, tanto en pública como en privada, siempre
dentro del paradigma reichiano. Ha escrito varios libros, tiene dos hijas y un hijo. Es
supervisor y didacta Internacional. En México también ha impartido formaciones durante
muchos años, así como en Sudamérica y Europa. Creo que con esto es suficiente. Les
dejo con Xavier.
Muchas gracias por aceptar nuestra invitación.
Xavier Serrano Hortelano
Buenas tardes Patricia, encantado de estar con vosotr@s.
Antes que nada, quiero agradecer al Museo Wilhelm Reich y en particular a David y a
Patricia Estrada, por la invitación a participar en estas jornadas, a pesar de que no me
haya sido posible estar allí con vosotr@s, por diversos motivos, y tenga que dar esta
conferencia en formato online.
Siempre recordaré con mucho placer la profunda impresión que me causó la atmósfera
mágica y especial del Museo W.Reich la vez que lo pude visitar, junto con Federico
Navarro, Patricia Estrada y otros colegas y amig@s, aprovechando un congreso de
psicoterapia corporal que se organizó en Boston hace unos 25 años.
Como podéis ver, mi conferencia tiene un título que incluye dos términos, dos
conceptos, que considero esenciales en la obra de Wilhelm Reich 3 , al mismo tiempo que
también lo son en la actualidad clínica y la investigación neurocientífica: “Corriente
vegetativa y pulsación plasmática bioenergética”.
Mi objetivo es demostrar que Wilhelm Reich fue pionero en la investigación y la
intervención somatopsíquica cuando todavía formaba parte del movimiento
psicoanalítico, y en su evolución posterior sentó las bases de la mayoría de las
psicoterapias corporales y terapias somáticas, así como de algunas de las
investigaciones vanguardistas de la neurociencia intersistémica. Su aportación principal
en el terreno clínico junto al hecho de utilizar lo somático como variable y herramienta
terapéutica, fue demostrar que la Vida del ser humano, y por tanto -su salud y sus
patologías- estaban condicionadas por la complejidad intersistémica biopsicosocial.
Recordemos que Reich empezó a ejercer como neurosiquiatra dentro del marco
psicoanalítico en 1923. Se fascinó por el psicoanálisis de Sigmund Freud, tanto por su
teoría sexual y el concepto de libido o energía sexual como por la validez y eficacia de
su vanguardista técnica clínica.
Aceptado en el movimiento psicoanalítico siendo muy joven, ejerció como clínico en
Viena, y posteriormente también como didacta en Berlín, en el que fuera el primer
instituto de formación psicoanalítico, hasta que por motivos fundamentalmente de índole
político -debido principalmente a su posición crítica frente al movimiento nazi- fuera
expulsado de la asociación psicoanalítica en 1934. Apoyado por los psicoanalistas
nórdicos, pasó sus primeros meses de exilio político en Suecia, y de ahí marchó a Oslo
donde residió unos años colaborando con el grupo de psicoanalistas noruegos, entre
ellos Nic Waal y Ola Raknes. Tuvo la oportunidad de investigar en el departamento de
neurofisiología de la universidad de Oslo sobre algunos mecanismos biológicos de la
sexualidad y la angustia, así como sobre la antítesis de la vida vegetativa. En 1939
invitado por su colega Teodoro Wolfe para ejercer como profesor en la de la New School
for Social Research de New York, emigra a Estados Unidos donde continuará su labor
clínica y de investigación con un equipo interdisciplinar, hasta su fallecimiento en 1957.
Freud planteó en alguno de sus textos la necesidad de sentar unas bases fisiológicas a
sus aportaciones clínicas de índole síquico, siendo W. Reich, uno de los máximos
exponentes en este campo. Su interés por la interrelación psicosomática y su relación
con el sistema neurovegetativo, se plasma en su segundo libro, Genitalidad o función
del orgasmo de 1927.
Fue en Lucerna, en 1934, donde realizó su última presentación en un congreso
psicoanalítico, que tuvo el título “Contacto psíquico y corriente vegetativa” 4 . En ella
expuso, de una manera magistral, la conexión entre los procesos psíquicos y los
procesos somáticos, imbricados ambos en el funcionamiento del sistema nervioso
vegetativo.
Reich plantea claramente tres cosas fundamentales:
“La función básica de la vida síquica tiene una índole económico sexual”. Con el término
economía sexual, está describiendo la idea fundamental de que la función básica de la
vida psíquica tiene una base libidinal, energética.
a. “La formación del carácter supone una falta de contacto síquico con la propia
corriente vegetativa, visceral, consecuencia del estancamiento bioenergético”.
a. “La coraza caracterológica y la muscular son idénticas”.
Asimismo, en ese mismo artículo, describe el caso de “El paciente superficial”, donde
demuestra la relación fundamental entre su actitud caracterológica, la tensión muscular
y su funcionamiento vegetativo. Un caso como otros de los que comenta en el Análisis
del carácter y en otros textos donde muestra la interconexión entre lo biológico, lo
somático y lo psíquico.
Recordemos que es en los años veinte, en Alemania y otros países europeos, donde
empiezan las primeras investigaciones serias sobre el sistema autónomo o sistema
nervioso vegetativo. Hasta entonces sólo se conocía el sistema nervioso central. Por
ejemplo, en 1928 el científico español Dr. Miguel Bañuelos García 5 publicó un libro
sobre la fisiología del sistema vegetativo. Pero el manual de referencia: “Sistema
nervioso vegetativo” se publica en Alemania y lo coordina un profesor de la universidad
alemana de Leipzig, L. R. Müller 6 . Es uno de los libros que siempre tengo cerca de mi
escritorio, en concreto, la edición castellana de la editorial labor de 1937, con la
traducción del que fuera posteriormente uno de los principales neurofisiólogos y
psicoanalistas españoles, pionero de la medicina psicosomática, Rof Carballo. Este
manual que coordina Müller y en el que participan muchos investigadores de la época,
publica su tercera edición en 1934, y es en la que Reich se basa para fundamentar, las
observaciones clínicas que iba haciendo.
Para muchos médicos e investigadores esto fue un antes y un después: poder
fundamentar la idea de que existe un sistema nervioso que facilita el funcionamiento de
aquello que no controlamos desde la voluntad; aquello que funciona por sí mismo. Por
eso, se define como sistema nervioso autónomo, y el propio Müller habla del sistema
nervioso vital, porque como comenta en la introducción de su manual “es el coordinador
de las diversas funciones que armónicamente organizan la unidad de la vida” 7 .
Esto, a Reich, me imagino que le llegó al alma, porque de alguna manera necesitaba un
fundamento fisiológico para reflejar su hipótesis de que las respuestas involuntarias de
nuestro cuerpo y por tanto también los afectos y las expresiones de los afectos, es
decir, las emociones, tenían una base, un fundamento médico fisiológico al estar
interconectadas con el psiquismo y en consecuencia con lo que a su vez condiciona el
psiquismo, esto es, el sistema social y las relaciones humanas.
Esa interconexión de los aspectos biológicos, psicológicos y sociales, esa tríada tan
importante y que marca un hito en la perspectiva psicológica, es la que crea también un
cisma dentro del propio psicoanálisis porque de alguna manera está planteando una
máxima: el sufrimiento humano tiene un origen siempre común, que es el sufrimiento
social. El sufrimiento social no solamente está vinculado al desarrollo de la sociedad, de
los sistemas o de los gobiernos, sino también al funcionamiento relacional, es decir, a
las dinámicas humanas desde el principio de la vida.
Estos conceptos fueron los que junto con su posición política crítica y de rechazo al
nazismo de la época, provoca el distanciamiento y la “educada” expulsión del
movimiento psicoanalítico. Pero, como ya hemos visto, va a tener un apoyo muy
importante de los psicoanalistas noruegos y suecos, lo que le va a permitir a Reich
continuar profundizando en sus intuiciones y observaciones clínicas que se van a
complementar con investigaciones de laboratorio en la Universidad de Oslo y con las
realizadas con el científico y biólogo Roger DuTeill sobre los biones, por las que son
nombrados miembros del Comité Científico Internacional de la Asociación de
Plasmología. Sin ser Reich especialista, es reconocido científicamente por esos
trabajos.
Todas estas investigaciones sobre el funcionamiento de lo vivo sobre el siquismo
humano, tenían una relevancia muy importante en Europa en aquellos años, y no
solamente era Reich el que estaba implicado en la investigación del principio de las
funciones vitales, de las corrientes autónomas, de la búsqueda de esa unidad vital.
Había más científicos dentro de esta línea. Pero todo eso termina con el auge del
nazismo y sus repercusiones, entre ellas, la Segunda Guerra Mundial. Lo que supuso
muertes, persecuciones y cárcel para muchos de estos investigadores. Todo este
discurso europeo es llevado a Estados Unidos por las personas que consiguen emigrar
a ese país y también a los países latinoamericanos, entre ellos muchos psicoanalistas
españoles que huyendo del franquismo viajaron a México, Chile y Argentina.
W.Reich, durante esos años, va a seguir exponiendo sus avances en este terreno en
otros textos como “La antítesis básica de la vida vegetativa”, el ya mencionado de “los
biones” 8 en colaboración con Roger Du Teill y “La biopatía del cáncer” 9 .
Recordemos algunas citas de Reich, donde aborda estos temas:
En su libro Los biones escribe: “El sistema nervioso vegetativo es un sistema
plasmático contráctil y que recorre todo el organismo, representa la ameba en el
organismo pluricelular, es la base y la explicación de la uniformidad de la función de la
totalidad del soma”. De alguna manera, en esta cita Reich refleja esta perspectiva de
unidad vital basándose en el funcionamiento de un sistema que está vinculado
directamente al instinto y a lo vivo, y que se manifiesta en el ser humano de manera
particular y concreta. En el ser humano va a existir esa dinámica de integración con el
resto de los sistemas. Esta perspectiva integrativa, que veremos después, es lo que han
continuado algunos fisiólogos a lo largo de este siglo.
Con esta frase lo podemos entender mejor: “El sistema nervioso autónomo o vegetativo
no es rígido, sino contráctil -cuando contráctil significa móvil, como una ameba- y
expansivo, en cuanto que los movimientos de los nervios son serpentinos (como
serpiente), lentamente ondulatorios y a veces bruscos; siempre preceden en una
fracción de segundo a los movimientos correspondientes del organismo total, primero se
contrae el nervio y sus ramificaciones. Sólo después de eso se produce la contracción
de la musculatura. Lo mismo puede decirse respecto a la expansión”. Esta cita es
fundamental porque muestra la conexión entre los conceptos coraza caracterial y
coraza muscular, como veremos después.
Al mismo tiempo que reconocía las consecuencias de las dinámicas sociales
patológicas, por lo que asumía que el objetivo de la “higiene mental” (nombre por el que
se definía la práctica clínica psicosocial), por sus limitaciones, no podía ser recuperar la
salud -y por tanto neutralizar los efectos de su organización defensiva somatopsíquica o
coraza caracteromusuclar- pero al menos sí podía reblandecerla y fortalecer el yo y la
motilidad vegetativa.
La importancia del funcionamiento visceral, del sistema nerviosos vegetativo o
autónomo, le lleva a plantear como objetivo principal de la psicoterapia, la recuperación
del equilibro neurovegetativo, siendo por tanto pionero de la perspectiva
somatopsíquica.
A pesar de que Reich siempre se identificó profesionalmente como psicoanalista, una
vez expulsado de la Asociación Psicoanalítica Internacional en 1934, definió su
proyecto psicoterapéutico con un término que consideraba más coherente con sus
nuevas investigaciones: Vegetoterapia caracteroanalítica ,con el objetivo de “organizar y
facilitar una coraza flexible con un yo que la gestione”. Lo que supone un sistema
defensivo que el sujeto pueda gestionar en función de las exigencias y particularidades
de la realidad social. Algo que Sigmund Freud 10 ya planteó, al reivindicar el
fortalecimiento del yo como uno de los objetivos del psicoanálisis, dejando a su vez
claro que “el Yo es el cuerpo”, solicitando de sus colaboradores continuar con
investigaciones que permitieran fundamentar fisiológicamente los principales cimientos
del psicoanálisis. Wilhelm Reich se sumó a estas inquietudes de su maestro,
afirmando:”Una cosa es segura: si la ciencia natural logra alguna vez resolver el
problema de la interrelación psicosomática de forma práctica y no sólo con teorías de
cátedra, significará el golpe de muerte de todo misticismo trascendental y para todas las
ideologías que están bajo su yugo. La vida vegetativa humana es sólo una parte del
proceso general de la naturaleza”.
Reich continuará profundizando en esta dirección, articulando una perspectiva
integrativa y holística donde Ciencia y Filosofía tendrían un único y trascendental
objetivo: “Percibiendo su corriente vegetativa el ser humano experimenta una parte de
su naturaleza. Quizá la ciencia logre algún día convertir en realidad el sueño de
felicidad de la humanidad. Entonces, la realización de la vida reemplazará a la cuestión,
ya para siempre respondida, del significado de la vida”. Vemos pues que para tener la
capacidad de contacto con nuestro ser, es necesario que exista una conexión entre el
psiquismo y el resto de las funciones del cuerpo, lo que permite percibir tanto
nuestros estados anímicos, afectivos, como los movimientos vegetativos de nuestros
órganos a modo de corrientes internas con un nivel de carga que al aumentar,
acompaña la posibilidad de expresión de las emociones y por tanto de establecer
dinámicas relacionales basada en una comunicación sentida y profunda. Por eso hay
experiencias de fuerte interacción como ocurre durante las relaciones afectivo-sexuales
a través de la complicidad, el placer compartido y la posible vivencia de la experiencia
orgástica. Todo ello permite una autorregulación biológica y energética de nuestro ser.
Hay otros muchos momentos donde tanto individualmente como en contacto con otras
personas, o con la naturaleza, podemos percibir esa dinámica interna, ese movimiento
involuntario que corresponde al movimiento de lo vivo. Y es ahí donde Reich empieza a
enlazar, a conectar, con el concepto de hombre cósmico, es decir, plantea la posibilidad
de conexión no solamente con el “sí mismo”, o con “un otro”, sino también con lo que
nos rodea, aquello de lo que somos parte. Precisamente, en esta línea de pensamiento
tiene cabida el otro concepto que tiene que ver con la conferencia de hoy: “Pulsación
bioenergética”.
Este concepto explica de manera funcional y profunda la conexión entre la enfermedad
y la salud en el ser humano y la separación progresiva del ser humano con su matriz
vital, cósmica.
La pulsación bioenergética es una capacidad que nos acompaña desde el principio de
la vida y que se ve afectada por las dinámicas de violencia que se van produciendo en
los ecosistemas donde vamos creciendo, generando predisposiciones a determinadas
estructuras de personalidad con una mayor vulnerabilidad psicosomática.
El concepto pulsación bioenergética aparece de manera clara en el texto Biopatía del
cáncer, cuando Reich describe cómo se manifiesta y cómo se organiza su nivel de
carga y por lo tanto cómo pulsa el cuerpo para llevar las señales vegetativas a su
superficie. Muestra la conexión entre el núcleo del ser (pulsación- potencialidad yoica) y
la superficie (coraza-carácter). Esa pulsación va asociada al término bioenergética, en
cuanto se refiere a la energía biológica vital, en cuanto se manifiesta en el ser humano
de manera biológica y en consecuencia a nivel celular.
El que fuera mi maestro y mentor, el neuropsiquiatra italiano Federico Navarro 11 cuando
citaba este concepto, siempre hacía referencia a una investigación muy importante que
se hizo en la Universidad de Colorado en Boulder, en la que con un microscopio con
una óptica de 30K se pudo contemplar por primera vez que el movimiento pulsátil de las
células es similar al de las amebas, tal como Reich describe en los años treinta.
Considero que es algo muy importante reconocer la intuición y sabiduría de aquellas
personas, que como Reich, pudieron describir un fenómeno que se pudo fundamentar
décadas después.
En Biopatía del cáncer escribe : “He insistido en que las funciones psicosomáticas
dependen de las funciones bioenergéticas de la pulsación plasmática. La enérgica
actividad pulsátil a partir del nacimiento es el único medio preventivo concebible contra
la contracción crónica y el encogimiento precoz”. En este texto es donde muestra por
vez primera su perspectiva ontogénica donde el ser humano es un organismo complejo
que se va organizando en base a un proceso de desarrollo madurativo psicoafectivo
que comienza en la vida intrauterina, condicionado por las variables imperantes en los
ecosistemas circundantes.
Tanto en este libro como en la entrevista que le hace Kurt R. Eissler 12 , director de los
Archivos Sigmund Freud, a W.Reich en los últimos años de su vida, muestra cómo
desde el principio de la vida hay una carga y una pulsación vital, y esa carga y esa
pulsación están unidas al instinto y a su progresiva manifestación, la cual facilita la
integración de los distintos sistemas del ser humano que se van organizando y
articulando progresivamente durante los primeros años de vida: sistema
neurovegetativo, sistema hormonal, sistema neuromuscular.
Pero es en esos primeros años de vida en los que no se respetan las demandas del
instinto, y por tanto no se acompaña adecuadamente esos tiempos iniciales donde el
ser humano es un organismo dependiente del afecto y muy vulnerable, lo que provoca
la inhibición de su capacidad de pulsación, repercutiendo directamente en la dinámica
interna celular y en la posterior organización de las primeras defensas sensoriales y
neuromusculares.
Una vez más podemos ratificar que Reich, va a ser precursor de las investigaciones
neurocientíficas como las del Dr.Stephen M. Shore 13 , que están demostrando cómo el
estrés o el distrés en un embarazo, o la falta de vínculo en los primeros meses de vida
conduce a la organización de un cerebro disfuncional y con unas conexiones fallidas
entre el cerebro interno, sobre todo la zona amigdalina, y el hemisferio derecho.
En este sentido escribe Reich en dicho texto: “La pulsación bioenergética es una
función que depende por completo de los estímulos del medio que nos rodea y de los
contactos del medio. Las estructuras caracterológicas de los educadores constituyen
una pieza clave dentro del medio 14 que le rodea desde el instante del nacimiento. El
organismo de la madre cumple la función de medio desde el instante en que se forma el
embrión hasta el momento en que se produce un nacimiento”. Prácticamente, la función
del ecosistema materno y del que le rodea serán de vital importancia para ese vínculo,
esa conexión entre el organismo intrauterino y el organismo materno. El nivel de
pulsación y la carga bioenergética de la madre, serán indicadores para saber mejor
cómo realizar nuestra intervención preventiva y cómo cuidar el desarrollo del ser
humano desde el principio de la vida.
Reich, es por tanto pionero también de la posterior teoría del vínculo de John Bowlby 15 ,
de la teoría del apego actual y de la importancia que dan algunos psicoanalistas hoy en
día a la idea de relación más allá de los conceptos: objeto, frustración o trauma.
En ese mismo texto, Reich afirma: “la pulsación biológica, nos permite entender la
organización de la coraza desde el principio de la vida y todo durante el periodo crítico
biofísico”. Lo que Reich describe como periodo crítico biofísico es un término que creo
recordar lo utiliza por primera vez en el caso de la escisión esquizofrénica 16 donde
describe un caso de psicosis y habla de que es el período que va desde la vida
intrauterina hasta el primer año de vida y es biofísico en cuanto que se va gestando la
organización psicosomática. Por tanto, la atmósfera que tiene el medio es esencial para
facilitar el desarrollo de la pulsación y de la corriente vegetativa de una manera
saludable, o para el inicio de una organización defensiva acorazada.
Asimismo, es muy importante comprender la correlación entre la pulsación
bioenergética y las denominadas por Reich, biopatías, patologías esenciales y
estructurales que diferencia de aquellas con una etiología clara: “el común denominador
de todas las enfermedades es que tienen una problemática en la pulsación”. De
acuerdo con esta afirmación, Reich dice: “Una fractura, un absceso local, una
neumonía, la fiebre amarilla, una intoxicación alcohólica, una peritonitis infecciosa, la
sífilis, no son biopatías. Ninguna de ellas se basa en una perturbación de la pulsación
autónoma del aparato vital en su conjunto. Están circunscritas y pueden provocar una
perturbación de la pulsación biológica, pero secundaria”. Es decir, la causa y la
consecuencia de una infección tienen que ver con la pulsación y con el nivel de carga
de la persona, pero no es algo que tenga una correlación directa…“Sólo en los casos en
los cuales el proceso patológico comienza con un trastorno de la pulsación podemos
hablar de biopatía. Cualquiera que sea el cuadro secundario en el cual desemboca me
da igual, de modo que podemos distinguir desde una biopatía esquizofrénica hasta una
biopatía cardiovascular o una biopatía carcinomatosa o epiléptica”.
Argumenta lo siguiente: “El encogimiento biopático comienza con un crónico predominio
de la contracción y con la inhibición de la expansión del sistema nervioso autónomo -ahí
vemos la conexión entre el concepto pulsación bioenergética y el concepto corriente
vegetativa-. Esto se pone de manifiesto con particular claridad en los trastornos
respiratorios de los neuróticos y de los psicóticos: La pulsación (alternancia de
expansión y contracción) de los pulmones y de la caja torácica se hace limitada y hay un
predominio de la actitud inspiratoria. La contracción general (simpaticotonía) no se limita
a determinados órganos, abarca todo el sistema íntegro, sus tejidos, el sistema
sanguíneo, el sistema endocrino, así como también la estructura caracterológica”.
Fijaros cómo en esta cita Reich deja claro el concepto simpaticotonía asociado al
concepto contracción general. Cuando hablamos de contracción o expansión no
estamos hablando de un concepto abstracto o asociado a tener más o menos tensión.
Estamos hablando de un concepto neurovegetativo y de la conexión que existe en este
caso, entre la inhibición de la respiración, por ejemplo, y resto de órganos, y a su vez
con la estructura caracterológica, es decir, con nuestro comportamiento, con nuestra
conducta, con nuestra forma de relacionarnos. De nuevo, vemos la integración magistral
que hace de la funcionalidad psicosomática.
Sigo citando dentro del mismo texto: “La motilidad del propio sistema biológico
plasmático se ve afectada por el encogimiento biopático. La base real del miedo al
movimiento está precisamente en ese encogimiento vegetativo. El sistema plasmático
se contrae y el organismo pierde su estabilidad autónoma y la autorregulación de su
función locomotriz. La etapa final del proceso es una mengua de la sustancia corporal”.
Es decir, está hablando de la situación de inhibición en la motilidad vegetativa y de la
motilidad psicosomática en general. De la tendencia a la lentitud, a la falta de conexión,
a la falta de interrelación, a la falta de capacidad de expansión general. Lo cual
vincula con una actitud caracterial muy extendida: “La resignación sin protestas
abiertas o encubiertas contra la alegría y contra la pérdida de la alegría de vivir debe de
considerarse pues como una de las bases sociales de la biopatía. El encogimiento, esa
pérdida de la alegría de vivir, sería por consiguiente la continuación de la resignación
caracterológica crónica que implica una tendencia a la contracción de la función celular”.
Es decir, la pulsación facilita el nivel de carga, tanto a nivel celular como a nivel del
sistema neurovegetativo, lo que repercute en nuestra conducta, y a su vez, la cronicidad
de dicha conducta (carácter-coraza) está manteniendo esa tendencia a la contracción y
limita los efectos de la pulsación.
Esto implica que nuestra afectividad está claramente condicionada por el
funcionamiento neurovegetativo y por tanto en función del mayor o menor predominio
del sistema nervioso simpático (tendencia a la contracción del biosistema y a la
reducción de la pulsación bioenergética) tendremos una determinada capacidad de
percibir los afectos, de “sentirlos”, y las sensaciones, de “sensar”, lo cual condicionará
también la forma de expresarlos, esto es, de expresar las emociones y de relacionarnos
con el otro y con la Vida en general de forma integrada (sensación-sentimiento-
pensamiento) o parcial (disociación entre el sistema cognitivo, el sensorial y el
emocional).
En el capítulo XV de Análisis del carácter 17 Reich escribe: “La emoción es un
movimiento protoplasmático expresivo. Los estímulos placenteros provocan una
emoción del protoplasma desde el centro a la periferia, y los estímulos de angustia, una
remoción -significa lo contrario de la emoción-, un movimiento que va desde la periferia
hasta el centro. Ambos corresponden a los afectos básicos del aparato psíquico. Placer
y angustia, significa nivel de carga, nivel de pulsación, organiza las estructuras
humanas, organiza nuestra realidad psicosomática”.
Reproduzco otra cita de Reich, que nos va a aclarar esta conexión entre lo biológico y
nuestra conducta: “La conclusión inevitable es la siguiente: la hipertensión muscular
crónica representa la inhibición de las funciones vitales, de todas las funciones vitales,
placer, angustia, odio, por igual. No solamente la función vital tiene que ver con el placer”.
Porque si no hay angustia, no somos capaces de estresarnos ni de responder a una reacción de
alarma. No hay bueno ni malo en la biología, porque todo tiene una función. El problema surge
cuando se descompensa y cuando empieza a haber un predominio de esas dinámicas de
angustia que llevan a que el organismo viva en una constante situación de miedo, lo cual
implica una constante situación de tensión muscular que implica, a su vez, una reducción
progresiva del nivel de carga bioenergética y de pulsación y que implica, a su vez, acelerar el
proceso de muerte.
Tenemos una calidad de vida mayor o menor en función de este nivel de carga de
pulsación, y eso tiene que ver en realidad con lo que vamos viviendo desde el principio
de la vida, durante todo el proceso madurativo y lo que vivimos a nuestro alrededor
socialmente en el resto de nuestra vida.
Es decir, Reich está fundamentando biológicamente los principios psicoanalíticos
clásicos. Además, lo está argumentando con la causa inicial de origen, que son los
sistemas relacionales y sociales. Nos está motivando para que entendamos la lógica del
sufrimiento, lo que nos permite poder prevenirlo. Esto nos permite no sólo intervenir
clínicamente, sino también intervenir preventivamente, como intentó y mostró Reich en
sus últimas investigaciones en el "Orgonomic Infant Research Centre”
¿Qué implica todo esto a nivel clínico en nuestro trabajo como profesionales de la salud
o educadores y profesionales de la intervención preventiva? Reich nos está diciendo
que lo que hacemos no solamente tiene que ver con la dinámica del momento, sino que
el hecho de ayudar a paliar el sufrimiento emocional y psicosomático y crear atmósferas
más o menos humanizadas, facilita también la recuperación del contacto del ser
humano con su esencia instintiva de mamífero humano, y con la sensación de
pertenencia al colectivo humano y a su matriz cósmica.
Este discurso tiene una actualidad enorme, si bien es necesaria una labor hermenéutica
que permita “traducir” y actualizar algunos de estos conceptos teniendo en cuenta que
estamos hablando de hace más de setenta años, lo cual no merma su validez científica
y la importancia de sus consecuencias
Como decía el físico Fritjof Capra 18 : “Si somos capaces de traducir el lenguaje de Reich
a la perspectiva sistémica actual, veríamos cómo fue un precursor de la teoría de
sistemas y de las teorías biológicas intersistémicas actuales”.
Actualmente, como ha ocurrido a lo largo de la historia de la ciencia, Hay dos líneas
diferenciales en la investigación neurocientífica, las cuales ya describiera Reich en
textos suyos como el titulado : “animismo, misticismo y mecanicismo”, los que siguen
una línea más mecanicista y aquellos que lo hacen desde una mirada integrativa,
funcional y por tanto más holística, porque comprenden que la realidad humana, vital,
es compleja y sistémica.
En esta tendencia incluyo los investigadores y clínicos de la medicina psicosomática,
entre sus muchos representantes resaltaría a los históricos E. Weiss y O. S. English, H.
Selye, y R. Carballo, y en la actualidad a J. Le Doux y G. F. Solomon, representante
este último de la psiconeuroinmunología. Sin olvidar a Candace Pert 19 , una de las
descubridoras de los neuropéptidos en los años ochenta. En su libro principal, Las
moléculas de las emociones, escribe: …“hay una energía en el flujo libre, que
transporta los elementos bioquímicos de las emociones -es decir, los neuropéptidos y
otros receptores-. Los neuropéptidos están en muchas células de distintos órganos y se
canalizan a través del sistema nervioso vegetativo y del sistema nervioso
somatosensorial, y eso nos hace ver la conexión mente cuerpo. Somos nuestro cuerpo,
las emociones tienen su origen en el cerebro, y en el resto del cuerpo”.
Hay científicos que van en esa línea, pero hay otros de los que ya Reich en uno de sus
textos alertó de aquellos terapeutas que, retomarían aspectos parciales de su discurso
global, para articular terapias “fáciles” de comercializar, como las que prometen
“desbloquear el tórax o la pelvis”, olvidándose del objetivo esencial, recuperar la
capacidad de pulsación bioenergética 20 con todo lo que ello implica. Pues eso mismo
pasa ahora en la neurociencia, que como todas las ciencias, depende de los científicos
que investigan, que a su vez, de una manera u otra, están condicionados por la cultura
y por tendencias religiosas o ideológicas. Esto permite afirmar que las ciencias no son
puras ni neutras en su supuesta objetividad y evidencia de lo que describen. Es algo
que se ha constatado a lo largo de la historia.
En esta línea, dentro de la psicoterapia, están apareciendo técnicas terapéuticas que
pretenden ser psicoterapias y se apoyan en algunos postulados de la neurociencia,
como el caso de la EMDR 21 , y el resto de las llamadas terapias del trauma, la terapia de
regulación de los afectos o la terapia polivagal, sustentada en la teoría polivagal de
Stephen Porges 22 , actualmente de moda, incluso en algunos círculos terapéuticos
psicocorporales. Para mi todas ellas están basadas en discursos parciales. Se observa
también en la citada teoría polivagal, puramente anatomista y mecanicista, estando de
acuerdo con que manifiesta uno de los promotores de la actual
psiconeuroendocrinoinmunología, Francesco Bottaccioli 23 : …”El simpático, al contrario
de lo que escribe Porges, no tiene una actividad ad hoc, supeditada a si el vago falla,
sino que tiene una acción constante, existiendo además un equilibrio entre vago y
simpático, interrelacionado con el sistema hormonal y el sistema inmunitario creando un
sistema propio de funcionamiento vital, lo que contradice la visión parcial y de supuesto
dominio del vago, que plantea Porges”.
Recordemos que dicho equilibrio funcional entre los dos sistemas del sistema nervioso
autónomo, simpático y parasimpático, W. Reich ya lo refleja de forma magistral en su texto de
1936 : “La antítesis básica de la vida vegetativa”, donde señala cómo se produce el
desequilibrio: “las funciones vegetativas se ven condicionadas por unas relaciones ausentes o
represivas durante los primeros años de la crianza, lo que genera angustia y por tanto un
predominio del sistema nervioso simpático que tiene como consecuencia una tendencia a la
inspiración crónica, a otras funciones vegetativas que limitan los procesos expansivos de placer
y a la experiencia sexual y orgástica en particular, asociadas al funcionamiento vagal y
parasimpático. Como consecuencia se produciría un trastorno crónico en la regulación
energética del ser humano reflejado en la organización de las defensas musculares y
conductuales (coraza-carácter) y a la reducción de la pulsación bioenergética.
Ahí tenemos la síntesis de su pensamiento: su perspectiva biopsicosocial de la salud y
la enfermedad.
Considero que es muy importante conocer y reconocer los avances y aportaciones de la
neurociencia y de las nuevas terapias que fundamentan sus principios terapéuticos en
algunos de sus descubrimientos y que utilizan algunas herramientas somáticas pero sin
perder la posición crítica que nos permita ver la parcialización de su discurso y su
intervención mecanicista. Olvidando cosas esenciales como la variable relacional, un
diagnóstico diferencial y su consiguiente intervención clínica aplicada a las diferentes
estructuras de personalidad, teniendo muy presente la etiología psicosocial del
sufrimiento que Reich recuerda constantemente en su obra : …“este mundo no
cambiará a pesar de toda la cháchara de los políticos, hasta que los adultos se tomen la
molestia de evitar que la inercia relacional y educativa ejerza una influencia fatal sobre
el sistema plasmático todavía vital del infante.”
Por lo tanto, utilicemos todos nuestros medios para mantener la capacidad de pulsación
vital del mamífero humano desde el principio de su vida para poder recuperar nuestra
humanidad y nuestro lugar en lo Vivo, en conexión con la pulsación del planeta al ritmo
cósmico del universo.
Muchas gracias.
Paso la palabra a los asistentes:
Dr. Harry Lewis: 24
Quiero agradecer al Dr. Serrano. Es una de las mejores presentaciones que he
escuchado en casi 40 años. La gente que me conoce sabe que no hago este tipo de
comentarios. Lo felicito. Gracias.
Xavier Serrano
Muchas gracias Dr. Lewis.
María Asunción Brenda:
Me llamo Asul, María Asunción Brenda Ruiz. He sido alumna de Xavier en la formación
de ecología de sistemas humanos, formación de la que nació un documental que he
dirigido y que se llama criaturas.org. También me ha parecido extraordinario poder
escuchar a Xavier y la capacidad que tiene para transmitir toda la práctica clínica,
personal y profesional. Mi pregunta tiene que ver con el tema sobre las teorías
mecanicistas. Estoy de acuerdo con lo que dice Xavier respecto a que se deja de lado
esta parte más de lo emocional o lo vivencial de la persona. Yo también siento que al
final hay que conectar, seas científico o seas maestro o lo que seas hay que conectar
con nuestra parte emocional. Lo que pasa es que no todas las personas tenemos la
misma facilidad para ello. Entonces, en mi caso personal, una técnica como la EMDR o
algún ejercicio del nervio vago, personalmente me sirven. Simplemente quería
comentarlo. ¿Cómo podemos utilizar esto? pues igual como si yo voy a hacer yoga o
utilizo cualquier otro ejercicio giratorio o de relajación.
Xavier Serrano Hortelano:
Hola Asul. Te respondo brevemente: hay una diferencia muy clara entre lo que son las
terapias, las técnicas terapéuticas y lo que son los procesos de transformación y de
cambio. Muchas de esas técnicas son de utilidad terapéutica ante muchas situaciones y
por tanto son válidas puntualmente, como puede ser la acupuntura, un masaje, una
técnica de yoga o incluso, una técnica vagal. Pero lo que yo planteo es que tengamos
claro la función que cumplen, para no confundir la función que cumple una técnica y la
que cumple un proceso de transformación y de recuperación del ser y de la salud, es
decir un proceso psicoterapéutico, en nuestro caso somatopsíquico. No se pueden
paliar trastornos profundos de la personalidad o recuperar la pulsación plasmática y el
contacto síquico, con unas cuantas sesiones de una técnica mecánica. Eso es
misticismo. Tenemos que asumir la realidad y saber que tenemos un objetivo muy
complejo que podrá alcanzarse radicalmente con la intervención preventiva y
psicosocial a medio y largo plazos. Hay que cambiar estructuras, lo cual no es algo tan
simple, y por ello es necesario junto con cambios radicales culturales, educativos,
sociales y políticos, conocer y realizar procesos terapéuticos que tengan una base
teórica intersistémica coherente con sus objetivos globales y que se combinen con
técnicas terapéuticas funcionales a través de un equipo interdisciplinar y que respeten
los procesos y los ritmos que necesita esa persona para recuperar su esencia.
Dr. Harry Lewis:
Yo quiero dar seguimiento a un comentario del Dr. Serrano que me parece que es
esencial y quiero citar al Dr. Sobey que además fue pupilo de Reich. Nos recuerda que
el Dr. Reich dijo en varias ocasiones que las técnicas son simplemente técnicas,
nosotros las utilizamos puntualmente pero están al servicio de la integración funcional y
el cambio de todo el sistema. Entonces, puedes ir a una clase de yoga, yo voy, mi
esposa también va a clases de yoga y podemos sentirnos revitalizados. Sin embargo,
esta no es una señal de que tengamos una salud funcional. El EMDR es un proceso
mecánico que es útil como técnica, pero simplemente es una técnica como lo son todas
las técnicas. Por ejemplo, puede que en algún momento mi automóvil no funcione. Me
parece que el Dr. Serrano ha insistido en que se debe adoptar un proceso holístico, un
proceso integrado y Reich fue uno de los fundadores de los procesos holísticos.
Carmen R.:
Hola Xavier, buenas días a todos y buenas tardes allá. Tengo una pregunta que no sé
dónde, cómo colocarla porque estoy en la carrera de psicología y nos están dando a
comprender a Daniel Goleman 25 . Entonces, en todo esto que vas explicando yo voy
escuchando a Goleman en su obra La inteligencia emocional y me pregunto dónde
colocarlo. Sé que no es clínico, pero sí influenció muchísimo en la sociedad de todo el
mundo, especialmente en la norteamericana. Con su propuesta de inteligencia
emocional intenta integrar, pero a la vez luego separa. Quisiera conocer tus comentarios
sobre cómo recibir todo esto que propone Goleman a nivel básico.
Xavier Serrano Hortelano:
En mi humilde opinión como conocedor de la obra de Goleman, pero no ser un experto
en educación, ha facilitado mucho el acceso a la comprensión de un tipo de educación
más humanizada, pero es una propuesta cognitivista. Es lo contrario a lo que Reich
plantea. Podemos gestionar los afectos desde lo cognitivo pero sabemos que
precisamente nuestros sentidos, nuestros afectos, vienen de las entrañas y desde ahí
llegan a nuestra cabeza, a nuestro córtex. El gran problema es que al perder el contacto
hemos perdido nuestra capacidad de conexión con nuestra naturaleza y por lo tanto ya
no podemos percibir cuál es nuestra forma, nuestra función. Entonces, tenemos que
pensar las emociones en vez de sentir las emociones. Pero, considero que es de una
gran validez.
James E. Strik: 26
Me parece muy interesante esta charla. Realmente empatizo mucho con sus
argumentos de tratar de traducir el lenguaje de los tiempos de Reich al lenguaje
científico moderno. Encuentro un poco de frustración en esta empresa. Incluso, cuando
veo que parecían ser conceptos compatibles en el lenguaje científico moderno, muy a
menudo encuentro que hay una pieza crucial que parece no solamente haber sido
ignorada, sino que deliberadamente se le ha resistido para el lenguaje moderno. Es
decir, no estamos haciendo una conexión con una parte clave del enfoque reichiano,
que es el de entender la función del orgasmo y de la potencia orgástica. Quizás usted
tiene o no tiene nada que comentar al respecto, pero para mí esa parece una brecha,
un vacío muy grande.
Xavier Serrano Hortelano:
Mis saludos y abrazos Dr. Strick. Una vez más quiero felicitarte por tu libro sobre la
Biogénesis, creo que es fundamental para nuestro conocimiento de Reich. Respecto a
lo que comentas, estoy de acuerdo contigo. Considero que tenemos que admitir límites.
Todos tenemos de alguna manera un sistema defensivo que limita nuestra
autopercepción, nuestra capacidad de conexión y limita nuestra capacidad de abandono
y por lo tanto nuestra experiencia orgástica. Aquello que no se experimenta es difícil
que podamos conceptualizarlo. El límite que tenemos al experimentar el orgasmo de
una forma limitada, nos lleva a no entender y a no poder utilizar toda la base teórica de
Reich en relación a la función del orgasmo. Se malinterpreta, porque se interpreta a
Reich de forma mecánica. Incluso, sabemos que muchos movimientos feministas y
progresistas actuales critican a Reich como falocrático porque conocen muy poco el
discurso de Reich. Supongo que en cierta medida porque no sabemos trasmitirlo
adecuadamente y porque en muchas ocasiones la información que se ha transmitido al
respecto es parcial y llena de lagunas y equívocos. Esto puede estar condicionado por
la propia defensa perceptiva y por la propia coraza de las personas. Por eso entiendo
que hay conceptos fundamentales de Reich como el que mencionas que solamente
experimentándolo se puede comprender. Por ello los que lo comprenden tienen su
experiencia sexual más próxima a una vivencia de la sexualidad “sagrada”, en la línea
de algunas filosofías y culturas orientales más conectadas con la percepción matricial,
cósmica. Pero en Occidente, en general, cuesta mucho explicar y entender esto. Estoy
de acuerdo en que es fundamental porque es la base de la teoría del orgasmo. En la
teoría del orgasmo está la base de la comprensión de la autorregulación desde la época
intrauterina. Es decir, ya hay una función del orgasmo en el proceso de crecimiento
embriológico. Entender eso es muy difícil y yo creo que es nuestra obligación también
saber transmitir, saber comunicar las cosas para que puedan llegar. Esa frustración a la
que te refieres también la experimento todos los días como docente. Pero hay que
seguir siendo creativo para ver cómo llegar a la gente. En ese sentido tu libro es un
ejemplo, para mí, de cómo hacerlo.
Participante anónimo :
¿Los practicantes de la terapia reichiana se consideran también psicoanalistas, como
pasa con los psicoanalistas freudianos?
Xavier Serrano Hortelano:
Bueno, eso depende de escuelas y de lo que ha condicionado la historia postreichiana.
Después de Reich ha habido muchos movimientos. Personalmente, considero que la
raíz de Reich fue psicoanalítica. Considero que mi raíz es psicoanalítica. Pero la
integración de todas las cosas que he ido mostrando en la conferencia nos separa de la
teoría psicoanalítica, nos convierte en un psicoanálisis específico que Reich llamó en su
momento -vegetoterapia caracteroanalítica, orgonterapia- y que actualmente la escuela
española que represento la definimos de una forma más genérica como -psicoterapia
caracteroanalítica- al englobar con ese término tanto la atención en crisis, como la
intervención focal o breve (PBC), y la intervención profunda (Vegetoterapia
caracteroanalitica estructural). Se puede describir con distintas palabras, pero en el
fondo la diferencia es comprender esa funcionalidad psicosomática desde una base
energética, que Freud y el el psicoanálisis original ya mencionan y que se ha ido
olvidando o menoscabando. Desarrollamos un modelo somatopsíquico propio pero
mantenemos la matriz original psicoanalítica y muchas de sus variables esenciales: las
bases psicodinámicas, el encuadre, la variable relacional incluyendo el transfer y
contatransfer, la búsqueda de un insight espontáneo a través de la libre asociación y
una praxis clínica con una deontología profesional.
Moderador:
Desafortunadamente tenemos que parar en este momento. Muchas gracias por su
presentación, me sumo a lo ya dicho, maravillosa. ¡Diez países por lo menos están
presentes aquí en la presentación zoom!
CITAS 1 Patricia Estrada es Directora del Centro Reichiano de México, miembro del Comité Científico
Internacional para la Psicoterapia Corporal y vicepresidente de la IFOC. 2 Xavier Serrano Hortelano es Director de la Ester, Escuela de Formación Internacional de Psicoterapia
Caracteroanalítica (postreichiana) -https:// www.xavierserranohortelano.com-, didacta internacional y autor de
varios libros especializados. 3 Wilhelm Reich (1897 - 1957). Psicoanalista, y más adelante creador de la Vegetoterapia
Caracteroanalítica, y del funcionalismo orgonómico. 4 Forma parte del capítulo XIV del libro Análisis del carácter, 1933. Investigación integrada en 1945. 5 Miguel Bañuelos García (1887-1954), Patología y clínica del sistema neurovegetativo, Madrid, 1928. Díaz-
Rubio García menciona que Bañuelos conceptuó la enfermedad partiendo del hecho de que el individuo es
una unidad biológica, una integración de lo somático y lo psíquico. Con base en ello y en los escasos
recursos terapéuticos existentes en esos momentos, defendió la fuerza curativa que posee el
organismo humano, incidiendo en que las funciones corporales no afectadas por la enfermedad
pueden restaurar y curar la lesión existente. En su concepción, el papel del médico en este aspecto era muy
importante para potenciar las fuerzas naturales. El sol, el aire, el agua, el calor, el frío, la luz, el
magnetismo, la electricidad y las emanaciones radioactivas tendrían mucho más valor para curar las
enfermedades que muchos de los recursos farmacológicos que se estaban empleando. Editorial, Real
Academia de la Historia. https:// www.google.com/url 6 R. L. Müller, Sistema nervioso vegetativo, Labor, Barcelona, 1937. 7 “Sistema nervioso vegetativo” L. Muller. Edit. Labor, Madrid 1937 8 Este tratado fue editado en Oslo, en 1938, bajo el título Die Bione, zur Entstehung des Vegetativen
Lebens, por Sexpol-Verlag, núm. 6 de los informes clínicos y experimentales del Instituto para la
Investigación de la Economía Sexual sobre la Vida. 9 Wilhelm Reich, La biopatía del cáncer, segundo tomo de El descubrimiento del orgón, Ediciones
Nueva Visión, 1948. 10 Sigmund Freud (1856-1939). Médico neurólogo austriaco de origen judío, padre del psicoanálisis. 11 Federico Navarro: Neuropsiquiatra italiano, ex- psicoanalista, formado por Ola Raknes en vegetoterapia
caracteronalítica. Fundador de la primera escuela de formación de dicha especialidad, la “Scuola Europea
di Orgonoterapia “. Didacta de la Es.Te.R. hasta su fallecimiento en el 2002. Docente internacional y autor
de varios libros especializados. 12 Wilhelm Reich, Reich habla de Freud, Anagrama, Barcelona, 1952 13 Stephen M. Shore, Más allá del muro: experiencias personales con autismo y síndrome de
Asperger, edición ilustrada, Publicaciones AAPC, 2003. 14 Actualmente hablaríamos de ecosistemas 15 John Bowlby (1907-1990). Psicoanalista inglés, notable por su interés en el desarrollo infantil y sus
pioneros trabajos sobre la teoría del apego. 16 Wilhelm Reich, Análisis del carácter, capítulo XVL: “La escisión esquizofrénica”, Paidós, 1934. 17 Wilhelm Reich, Análisis del carácter, capítulo XV : “El lenguaje expresivo de lo vivo en la Orgonterapia”,
Paidós, 1948, prólogo a la 3ª edición. 18 Fritjof Capra es un físico y teórico de sistemas austríaco, nacido en Viena, en 1939. Sus estudios sobre
las implicancias filosóficas de la física de partículas se reflejan en su obra más conocida El Tao de la
Física (1975). 19 Candace Pert, Molecules of Emotion, 1997. 20 No tiene nada que ver este concepto con la terapia denominada por A. Lowen “Análisis bioenergético.” 21 La Terapia EMDR o desensibilización de las consecuencias de un trauma a través de movimientos
oculares, fue elaborada por la Doctora Francine Shapiro en los años ochenta. Algunos de esos
movimientos son muy semejantes a los que ya realizaba Reich con sus pacientes y lo seguimos
utilizando en los distintos encuadres de la Psicoterapia caracteroanalítica (atención en crisis, Psicoterapia
breve y profunda ) 22 Stephen Porges, Guía de bolsillo de la teoría polivagal, W.W. Norton & Company, Inc., 2017. 23 Francesco Bottaccioli y A. G. Bottaccioli, Psiconeuroendocrinoinmunología y ciencia del tratamiento
integrado, Edra Spa, 14ª ed., 2019. “La teoría polivagal, un análisis clínico”. Pnei Review1: 94-108 (1916) 24 Harry Lewis es especialista en orgonterapia y análisis del carácter. Ha estudiado el trabajo del Dr.
Wilhelm Reich desde 1970. Recibió su MSW de la Universidad de Fordham. Tiene doctorado y
postdoctoral en psicoanálisis. Su entrenamiento en orgonterapia lo realizó con el Dr. Victor M. Sobey,
M.D., entrenado por el Dr. Wilhelm Reich. Tiene práctica clínica en orgonterapia durante 40 años. Ha
enseñado psicología, desarrollo infantil y psicología psicosomática en la New School for Social Research
en Nueva York por más de 30 años. Miembro del Institute for Orgonomic Science y colaborador del Dr. Morton
Herskowitz, con entrenamiento en orgonterapia en Nueva York y en Oslo, Noruega. 25 Daniel Goleman (Stockton, 17 de marzo de 1946) psicólogo, periodista y escritor estadounidense.
“Emotional Intelligence” (en español Inteligencia emocional) en 1995. 26 James E. Strik. Biólogo, Doctor en historia de la biología y la medicina (Princeton University, 1997)
y profesor del Franklin and Marshall College. Ha publicado varios libros sobre la historia de las ideas
y los experimentos sobre el origen de la vida, entre ellos Wilhelm Reich, Biologist (Harvard University
Press, 2015). Forma parte del Comité de Archivos del Wilhelm Reich Trust desde 2007.